jueves, 7 de noviembre de 2013

Por el cierre definitivo del PPCV



Por pedir que no quede. Y ya que el modelo actual es recortar o cerrar, ¿por qué no cerrar directamente la herida que sangra al País Valenciano desde hace dos décadas?

Desde la época del bronceado Zaplana, el PP tomó la iniciativa de hacer y deshacer en el territorio valenciano con los fondos públicos, completando un largo catálogo de deficitarios proyectos como Terra Mítica, Ciudad de la Luz, Aeropuerto de Castellón o la transformación de la marina de Valencia para adaptarla a las necesidades de una America’s Cup que no se repitió o una Fórmula 1 que por fortuna para los presupuestos públicos no volverá.
#PPCVestanca


Generaciones completas de niños valencianos completaron sus estudios en barracones mientras la dirigencia política del PP regional y municipal desgranaba una plétora de carcajadas tras cada firma de una concesión o contrata negociada a hurtadillas y que asustaba por las sumas comprometidas.

Es de esperar que más de un votante bienintencionado del PP valenciano haya aprendido al fin la lección de que la hipocresía y los cargos públicos no son alianzas eternas y que ya sea hora de deshacerse de la lacra que ha comprometido la capacidad financiera del territorio durante varios lustros

El ataque directo a la identidad cultural y patrimonial del País Valenciano, concretado a través del anuncio del cierre de RTVV, confirma la intención del partido conservador por deshacerse de toda plataforma informativa que pueda mantener vivo el acervo valenciano

El carácter vertebrador de un ente de radio-tv público no debe menoscabarse nunca, al margen de que el mismo Estatuto establece su existencia. Destruido financieramente desde el Gobierno de Zaplana, ahora Fabra pretende convencer cual vulgar trilero que es mejor cerrar RTVV que recortar sanidad y educación. Como si no hubieran ya diezmado la infraestructura de servicios públicos.

El PPCV ha demostrado que no se interesa por el bienestar de la ciudadanía sino de unos pocos allegados.

Todo (RTVV, sanidad, educación, prestaciones sociales, transportes públicos, etc.) pertenece a los ciudadanos y contribuyentes del territorio valenciano. Y no es el PP (ni ningún otra agrupación gobernante) quien deba plantear la alternativa de uno u otro tras haber dilapidado los recursos colectivos de forma opaca y licenciosa durante décadas.

Es hora entonces de cerrar esa espita que desangra al País Valenciano y retomar las riendas de un territorio que podrá recomponerse a partir de la participación masiva y permanente de la ciudadanía. •