Agencias oficiales de los Estados Unidos dijeron que este último lunes medio millón de personas, la mayoría de ellas de Tercer Mundo (literal), habían abandonado Libia desde la revuelta contra Muamar el Gadafi. Al parecer la asonada había empezado en febrero. Unas 5.000 personas se suman al éxodo cada día. Todos los países fronterizos están sufriendo una verdadera avalancha de refugiados, muchos de ellos pidiendo asilo político. Túnez y Egipto son los más afectados. Se dice que para hacer frente a la demanda de socorro la comunidad mundial, encabezada por las agencias de la UN, ha montado una de las más grandes campañas de ayuda de la historia.
El Secretario de Estado para Población, Refugiados e Inmigración, Reuben Brigety, dijo que 117. 000 personas han sido aerotransportadas a países tan distantes como Bangladesh y Vietnam. Esto se ha hecho para aliviar el flujo de inmigrantes hacia Egipto y Túnez, naciones cuya economía no permite tamaño esfuerzo. Ambos países son políticamente frágiles e inestables en estos momentos.
Brigety también dijo que los vuelos han sido pagados con 13 millones de dólares que fue una contribución del IOM y dinero que los Estados Unidos tiene destinado a ayuda humanitaria, relacionada con el conflicto Libio. El gobierno de Obama cedió 25 millones de dólares a los rebeldes, tomando una clara posición casi colonialista al respecto, según fuentes europeas. Europa ‒ según se ve desde los Estados Unidos ‒ no está de acuerdo con el último Premio Nobel de la Paz.
800 toneladas de porotos y aceite de cocina arribaron en Egipto para ser luego llevadas hacia Libia desde allí. Curiosamente Reuben Brigety dijo que es muy importante que los envíos de ayuda no sean asociados o vinculados con ninguna de las partes en conflicto, para, digamos, conservar un velo de imparcialidad.
La Oficina para la Coordinación de Asistencia Humanitaria, UNOCHA, según las siglas en inglés, ha dicho consistentemente que no ve la necesidad por ayuda militar. También Brigety manifestó que “Ellos continúan pidiendo que se respete las ordenanzas de Oslo, que mantiene que el uso de fuerza militar debe darse como último recurso”.
La USAID tiene un pequeño equipo de oficiales en la fortaleza rebelde de Benghazi para coordinar con la oposición del Consejo de Transición Nacional la necesidades que se presentan en las áreas bajo su control. Un enviado del Departamento de Estado, Chris Stevens, maneja los contactos políticos con la TNC.
En la última semana la alianza entre la NATO y los rebeldes libios ha comenzado a deshilacharse, como para decirlo de alguna manera. Los ataques aéreos de la NATO han diezmado un convoy de tanques rebeldes entre Brega y Ajdaviya en abril 7. La NATO no se ha disculpado y, al parecer, no lo piensa hacer. La NATO sospecha que los rebeldes no están en condiciones logísticas de infligir mucho daño a las fuerzas de Gadafi. Todo parece trabajar en los intereses de Muamar Gadafi y más de uno piensa que el alzamiento fue improvisado y muy mal preparado.
La NATO continúa prestando ayuda y hace la vista gorda mientras arma por lo bajo a los rebeldes. Nadie entiende nada, ni siquiera muchos políticos en los Estados Unidos. ¿Qué está haciendo la NATO? ¿Ayuda a los rebeldes o está en contra de ellos? Tanto la gente de Gadafi como los dirigentes rebeldes quieren que la NATO desaparezca.
Hasta el momento la más perjudicada por ambas partes en disputa es la población civil. Irónicamente la destrucción de la fuerza aérea de Gadafi lo ha fortalecido. El costosísimo mantenimiento de la fuerza aérea de Gadafi no existe más. La guerra ahora se pelea en tierra, donde Gadafi lleva las de ganar.
Gadafi ha mandado una delegación a Venezuela para buscar una solución pacífica al conflicto. Chávez no aclaró mucho lo que habló con la delegación pero dijo: “Ellos han venido a nuestro país por ayuda y para salir de la crisis que vive su nación”. Chávez llamó a Gadafi su amigo y hermano y repudió la intervención norteamericana. Cuba, Nicaragua y Bolivia han tomado la posición de Chávez.
El ministro de relaciones exteriores de Algeria, Mourad Medelci, advirtió sobre el peligro de las fuerzas extranjeras que intentan invadir la zona con el pretexto de la crisis de Libia. Medelci teme que Libia se convierta en una nueva Irak o Afganistán. El conflicto ha llevado una escalada en la actividad terrorista.
Obama insiste en que la intervención norteamericana es para proteger a los civiles, no instigar un cambio de régimen. Nadie le cree a Obama, quien ya de por sí es un presidente poco creíble. Nadie les cree a los yanquis. Recientemente servicios de inteligencia y tropas disimuladas como ayuda humanitaria ha matado infinidad de civiles en Pakistán. En Vietnam destruyeron poblaciones enteras para salvarlas de sí mismas. Igualmente la administración de Obama no parece deseosa de intervenir militarmente en otro conflicto. Posiblemente se limite a la ayuda encubierta y a la manipulación de los mismos peones de siempre.
Por aquí todo es petróleo. Ya gobiernos europeos y tal vez los propios norteamericanos han establecido contacto con los rebeldes en Benghazi para asegurarse un flujo de petróleo. Los ingleses se muestran muy dispuestos a armar a los rebeldes y a hacer, de paso, un buen negocio. Los italianos, presionados por Francia e Inglaterra, ya se han sumado a los ataques aéreos.
Fuerzas leales a Muamar Gadafi bombardearon posiciones en Misrata. Alemania se ha opuesto a la campaña de bombardeo y abandonó al Reino Unido, a Francia y a los Estados Unidos en el voto del Consejo de Seguridad.
Es imposible saber cómo van a terminar las cosas en Libia. Unos dicen que Gadafi será depuesto; otros, que saldrá beneficiado. Incluso se dice que Gadafi estaría dispuesto a dar elecciones democráticas si el conflicto se resuelve a su favor. Lo que sí parece seguro es que esta región parece del todo incapacitada para hallar la paz y la concordia así como las potencias mundiales parecen sentir cierta nostalgia del colonialismo...
Caracalla Jr.